Si mis queridos lectores, el Carcassonne, como lo solemos llamar supuso la gran revolución ya que a partir de una idea bastante sencillas que era la de ir descubriendo el territorio loseta a loseta, las diferentes expansiones crearon una gran interactividad entre los jugadores, como el Dragón y la Princesa, que permitía desalojar a los meeples de sus ciudades, ocupar las vacías y lo mejor que la furia del dragón crease devastación a sus paso.
De todos los juegos que poseo este es que más horas de diversión me ha suministrado, a pesar de que el factor suerte es muy importante, pero saber colocar los meeple, a veces en ciudades en expansión de otro jugador para poder robar parte de su trabajo, la dichosas abadías (9 puntos son 9 puntos), o como no los extensos prados y largo caminos.
La diferentes expansiones, publicadas por Devir, como aquellas que podemos importa, alabado sea eBay, hace de este juego algo que puede llegar a ser gigantesco, donde las partidas pueden ser grandes maratones solo aptas para verdaderos entusiastas. También tenemos muchas expansiones print & play.
Eso sí el juego tiene una pequeña maldición que rodea a todos los que hemos comprado el juego y nos une las partidas y es que una loseta siempre acabará mojada.
Para verdadero fanáticos, como yo, Carcassone Central
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